Algunas veces, en otros posts, os hemos hablado sobre la nevera y cómo colocar los alimentos en ella. Pues hoy vamos a tratar sobre como organizar su fiel compañero: el congelador. Si lo piensas bien tener un congelador bien organizado es sinónimo de una buena alimentación, por lo menos de alimentación variada. Tener una buena reserva de alimentos variados y sanos congelados con unos pocos más en la nevera nos permitirá poder cocinar prácticamente cualquier tipo de plato.
Si en la nevera se van acumulando y acumulando muchas sobras al largo de la semana (puedes aprovecharlas todas, no hace falta tirarlas), en el congelador pasa exactamente lo mismo pero a lo largo de semanas y meses. Bien, que os voy a decir la mayoría hemos tenido el congelador en overbooking más de una vez. Presta atención a éstos consejos para organizar el congelador y sacarle el máximo provecho:
1. Adapta la compra con la medida de tu congelador
Parece algo muy lógico y no es la primera vez que lo decimos: antes de empezar a hacer nada hay que saber de qué espacio real disponemos. Las medidas y las capacidades que tiene nuestro congelador. Es decir, si lo tenemos muy lleno o hasta que punto caben más cosas. Tener en mente esta información será realmente importante en el momento de la compra. De esta manera serás capaz de adaptar la compra a las posibilidades reales de tu congelador, sobre todo en verano con los polos y helados.
2. Coloca los alimentos de forma organizada
Cada uno sabe sus necesidades, sus rutinas, sus gustos,… No hay una sola forma de organizar el congelador, cada uno debe hacerlo a su manera. Mi consejo es que enfoques la organización de forma inteligente al ahorro y optimización del espacio, sobre todo si es pequeño. Simplemente recuerda que si lo colocas todo con cierto orden y lógica, poniendo a mano lo que necesites antes o lo que más utilices, por un lado te será mucho más fácil encontrar lo que estés buscando y por otro podrás mantener congelados más alimentos.
3. El frío no hace eternos los alimentos
Aunque no nos lo parezca, el frío solo retrasa su degradación. Así pues, un truco es aplicar el concepto inglés FIFO “First in, first out”. Es decir, para no acabar tirando nada primero hay que consumir lo que se ha comprado primero y que, por lo tanto, lleva más tiempo en el congelador: “lo primero que entra, lo primero sale” sería la traducción literal.
4. Etiquetas para no olvidar nada
Etiquetarlo todo te va a ayudar a poder aplicar a la perfección el punto anterior. Teniendo tantas cosas en la cabeza es muy difícil recordar qué día pusimos tal cosa en el congelador. Es importante para saber si están en buen estado o no y con etiquetas te será mucho más fácil. Puedes añadir otra información como la data de caducidad original si era un producto comprado y si son bolsas de sobras, por ejemplo, también puedes apuntar qué es lo que contiene exactamente (por si hay alguien alérgico a cualquier tipo de sustancia, por ejemplo).
5. Envasar al vacío
Utilizar esta práctica para congelar hará que el sabor, la frescura y la apariencia se conserven de 3 a 5 veces más de tiempo que si lo almacenamos de forma tradicional aunque lógicamente todo depende del tipo de producto y de como se encuentre en el momento de congelación. A continuación podéis ver una tabla que he encontrado en donde podemos ver la duración normal y la duración cuando está envasado al vacío según algunos alimentos.
Además, envasar al vacío te permite también congelar comidas o sobras en raciones individuales para facilitar tu día a día. Esto también implica organización y planificación de nuestros menús pero que nos ayudará en la gestión y ahorro de nuestro tiempo, espacio y dinero.
Un último consejo: es muy recomendable descongelar el electrodoméstico una vez al año para poder limpiarlo y asegurar una higiene adecuada y óptima para la conservación de alimentos.